Por Karla Bahm

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GRAND RAPIDS, MICHIGAN (EVH)_ Más de un centenar de activistas comunitarios se reunieron en el centro de Grand Rapids el martes 12 de noviembre para expresar su firme oposición al proyecto Three Towers, una propuesta de desarrollo a gran escala que promete transformar la intersección de Fulton y Market Ave, en un complejo de viviendas y oficinas. Organizados por Together West Michigan (TWM), los manifestantes denunciaron lo que consideran una falta de transparencia y equidad en el proyecto.

Three Towers es un proyecto, estimado en 797 millones de dólares, que planea añadir una serie de torres de gran altura al corazón de Grand Rapids. El desarrollo ha sido promocionado como un motor para el crecimiento económico de la ciudad, con la promesa de generar miles de empleos y dinamizar la zona. Sin embargo, lo que más ha levantado controversia es la solicitud de los desarrolladores de un subsidio público masivo, que incluiría 565 millones de dólares en capturas de impuestos, lo que representa el 71% del costo total del proyecto. En respuesta, los desarrolladores han ofrecido una contribución al Fondo de Vivienda Asequible de Grand Rapids por un total de 8,5 millones de dólares distribuidos a lo largo de 20 años.

Según TWM, esta oferta es claramente insuficiente y desproporcionada. La reverenda Lynette Sparks, de la Iglesia Presbiteriana de Westminster, destacó durante la manifestación que, "No nos oponemos al desarrollo privado, pero la inversión pública debe incluir un beneficio público claro y sustancial". Esta postura refleja la preocupación de la coalición sobre la falta de beneficios tangibles para los residentes más vulnerables de la ciudad, especialmente aquellos afectados por la crisis de vivienda asequible.

A lo largo de la reunión, se evidenció la frustración de los miembros de TWM por lo que consideran una falta de transparencia en el proceso de negociación del proyecto. Aunque los organizadores aseguraron que se habían tomado medidas para acomodar a todos los asistentes, más de 40 personas se vieron obligadas a quedarse en el vestíbulo debido a la falta de espacio en la sala, siguiendo la sesión a través de sus teléfonos móviles. Para muchos, este detalle fue un reflejo simbólico de lo que perciben como un proceso cerrado y excluyente.

Ted Hartzell, uno de los líderes de Together West Michigan (TWM), afirmó que el proyecto Three Towers no aborda la verdadera necesidad de viviendas en la ciudad. Según un informe sobre las necesidades de vivienda en el Condado de Kent, utilizado por los desarrolladores, la mayor demanda está en viviendas para personas que ganan el 120% o menos del ingreso medio en el área. Sin embargo, el proyecto solo ofrecería viviendas para personas que ganan más que eso, lo que demuestra una desconexión entre lo que la ciudad realmente necesita y lo que este proyecto está ofreciendo.

Una de las críticas más fuertes de TWM ha sido la contribución simbólica de 8,5 millones de dólares al Fondo de Vivienda Asequible. Según los cálculos de la coalición, esta cifra representa apenas 425.000 dólares anuales, lo que equivale a construir dos viviendas básicas al año, un número ínfimo en comparación con la magnitud de la crisis de vivienda en Grand Rapids. De acuerdo con los datos más recientes, la ciudad enfrenta un déficit de 7.951 unidades de alquiler y 6.155 unidades de vivienda en venta para el periodo 2022-2027.

Joe Agostinelli, fundador de Michigan Growth Advisors, la filial de desarrollo económico encargada de la planificación financiera del proyecto, respondió a esa solicitud durante su presentación en la audiencia pública. “Desviar entre un 10% y 20% del incentivo del proyecto simplemente significa que el fondo para vivienda asequible recibiría una parte de cero”, afirmó. “El proyecto no puede seguir adelante con las condiciones que se han planteado”.

Peter Tewinkle, de la Iglesia Oakdale Park, cuestionó la viabilidad del proyecto bajo los términos actuales. "Nos gustaría ver los cálculos que afirman que el proyecto no es viable si se piden más de 8,5 millones de dólares. Creemos que no hay razón para que estos números no puedan ser puestos por escrito y compartidos con el público", comentó.

En respuesta a esta situación, TWM presentó una propuesta alternativa que incluye tres demandas clave. En primer lugar, la coalición pide que los inversores del proyecto contribuyan con el 20% del subsidio solicitado, lo que se traduciría en una suma de alrededor de 113 millones de dólares al Fondo de Vivienda Asequible, sin condiciones. Proponen que la mitad de esta cantidad se entregue al inicio del proyecto, para abordar de inmediato la creciente necesidad de vivienda en la ciudad, y que el resto se distribuya anualmente en incrementos iguales.

En segundo lugar, TWM solicita un proceso público más transparente en el que los comisionados y el personal de la ciudad compartan públicamente los cálculos que sustentan la propuesta de los 8,5 millones de dólares y trabajen en colaboración con expertos y miembros de la coalición para generar un proceso de participación ciudadana más abierto y claro.

Finalmente, la coalición sugiere que se retrase la votación final sobre el proyecto si es necesario para alcanzar estos objetivos. La próxima reunión de la Comisión de la Ciudad está programada para el 19 de noviembre, y la votación definitiva sobre los reembolsos del Transformational Brownfield está prevista para el 3 de diciembre. TWM espera que en este periodo se logre negociar un acuerdo que beneficie a toda la comunidad, y no solo a los intereses de los desarrolladores.

Los defensores del proyecto argumentan que traerá beneficios económicos significativos, incluyendo la creación de casi 2,000 nuevos empleos, pero para muchos miembros de TWM, estos beneficios no están distribuidos equitativamente y no compensan el daño potencial a las comunidades históricamente desatendidas.

"Los desarrolladores llaman a este plan 'transformador', pero nos preguntamos: ¿transformador para quién?", cuestionó Hartzell durante la reunión. "Sin un componente claro de beneficio público, y sin una inversión más significativa en vivienda asequible, este proyecto podría profundizar la brecha entre el próspero centro de la ciudad y los vecindarios más empobrecidos que han sufrido años de desinversión".

Para los activistas, la lucha por un desarrollo más equitativo en Three Towers ha trascendido la cuestión de la vivienda y se ha convertido en un símbolo de la dirección que debe tomar la ciudad. En este sentido, el proyecto representa una prueba crucial para determinar si Grand Rapids se convertirá en una "ciudad de clase mundial" solo para unos pocos, o si se esforzará por ser una comunidad inclusiva que se preocupa por el bienestar de todos sus habitantes.

"Si este proyecto busca ser de clase mundial, los desarrolladores deben hacer una contribución de clase mundial al Fondo de Vivienda Asequible de Grand Rapids", afirmó la reverenda Sparks, subrayando que el futuro de la ciudad debe ser forjado sobre principios de justicia y equidad para todos.

TWM ha solicitado que la votación sobre el proyecto Three Towers se posponga hasta enero de 2025, cuando el nuevo alcalde y los comisionados recién electos asuman sus cargos. La organización argumenta que es esencial que la decisión se tome bajo el liderazgo de las nuevas autoridades, quienes representarán un mandato más actualizado de la comunidad.

Se espera que los próximos días traigan más claridad y compromiso por parte de los desarrolladores y las autoridades locales. Sin embargo, la comunidad sigue vigilante, esperando que las decisiones sobre Three Towers reflejen los intereses y las necesidades de los residentes más vulnerables de Grand Rapids. ¿Responderán los comisionados a las demandas de transparencia y equidad o seguirán adelante con un proyecto que, para muchos, representa la consolidación de una ciudad dividida?

Activistas presionan por cambios en el proyecto Three Towers de Grand Rapids