Ahora resulta que los que eran malos son buenos ¡Paradojas de la geopolítica!

El pasado fin de semana los grupos terroristas que operan en Siria lanzaron una ofensiva para derrocar al gobierno de Bashar al-Assad con drones y armas modernas. Esos grupos que surgieron de al-Qaeda ahora no son llamados por la prensa como “terroristas”, sino como “rebeldes opositores”.

Entre las primeras acciones de los “rebeldes” fue hacer decapitaciones. Pero eso no se publicó en la prensa americana, la europea apenas lo mencionó. De todos modos, están actuando con más moderación porque según informaciones no confirmadas reciben el apoyo de Estados Unidos, Turquía e Israel.

Desde el gobierno de Barack Obama Estados Unidos ha tratado de derrocar al gobierno de al-Assad porque el mismo tiene muy estrechas relaciones con Rusia.

El departamento de estado de Estados Unidos dijo que no tenía nada que ver con el asunto. Lo cual es muy difícil de creer. Es muy probable que la insistencia del gobierno de Biden de enviar armas a Israel pese a las protestas por el genocidio en Gaza, se deba a que esas armas tenían como destino los llamados “rebeldes” de Siria.

El grupo “rebelde” que lidera la ofensiva es el conocido como Hayat Tahrir al-Sham

(HTS), liderado por Abu Muhammad al-Julani quien fue Segundo de al-Qaeda hasta el 2016, cuando al parecer negoció con gobiernos adversos al régimen sirio y se dedicó a combatir en ese territorio.

Hay que recordar que Estados Unidos ayudó con cientos de millones de dólares en armas a los grupos talibanes de Afganistán para que éstos derrocaran al gobierno ruso que resultó de la invasión del 1979. Luego esos grupos al tomar el poder se aliaron con Osama Bin Laden y los ayudaron a cometer los ataques a las torres gemelas de Nueva York, en el 2001.

De al-Qaeda salió después el llamado “Estado Islámico” el cual mató despiadada y públicamente a varios norteamericanos y realizaba decapitaciones en masa a todos los que consideraba infieles.

Al parecer el HTS es una simbiosis de al-Qaeda y el ISIS que ha sido contratada por gobiernos interesados en derrocar al gobierno sirio.

Lo interesante es, que esto se produce a menos de dos meses de terminar el mandato presidencial de Joe Biden y cuando Ucrania está a punto de tirar la toalla porque sus patrocinadores le advirtieron que tenía que ceder a Rusia los territorios que el invasor ya había ocupado para negociar un acuerdo de paz. Esto último se explica porque el interés de la OTAN no es incluir a Ucrania en la OTAN para protegerla sino para poder instalar bases militares capaces de neutralizar a Rusia en caso de un enfrentamiento.

La guerra en Siria es un nuevo frente para Rusia y se inscribe dentro del plan occidental de llevar al país euroasiático a una guerra de desgaste como lo hicieron en Afganistán. Pero para bien o para mal, ya los llamados “rebeldes” tomaron Damasco y al-Assat terminó refugiándose en Rusia.

Siria es ahora es un arroz con mango, en el que están revueltos, Israel, que aprovechará para hacerse sin resistencia de los altos del Golán, Turquía que babea por el petróleo de la zona de los kurdos y el fantasma bajo la sábana que es Estados Unidos satisfecho de dar un uppercut a Putín.

Israel pese a sacar ventaja, tendrá al enemigo en la puerta; Estados Unidos, a un estado terrorista cerca de la base militar que utilizó para bombardear a la Siria de Assad, y Turquía a un socio no confiable.

No pasará mucho tiempo para que estalle una guerra civil en Siria repartida como una pizza en múltiples slices.

En tanto, Rusia, Hezbolá e Irán, perdieron su zona de distensión y transporte de armas en el corazón del medio oriente tampoco tardarán en encontrar una alternativa.

Conclusión: estamos cada vez mas envueltos en un conflicto global.