Por Sala de Redacción EVH

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Lansing, Michigan (EVH) - El Departamento de Salud y Servicios Humanos de Michigan (MDHHS) ha emitido una advertencia a la población ante el incremento de casos de tosferina en el estado. Esta enfermedad, también conocida como tos convulsa, ha mostrado un alza preocupante en comparación con el año pasado, con cifras que se asemejan a los niveles prepandémicos en Estados Unidos.

Hasta el 28 de octubre de 2024, Michigan ha registrado 830 casos confirmados o probables de tos ferina, superando ampliamente el promedio anual de 596 casos observado entre 2017 y 2019. La tosferina es una enfermedad infecciosa aguda que, aunque afecta a personas de todas las edades, puede ser especialmente peligrosa y potencialmente mortal para los bebés y los niños pequeños.

La Dra. Natasha Bagdasarian, directora médica ejecutiva del MDHHS, enfatizó la importancia de las vacunas como principal herramienta de prevención. “Las vacunas siguen siendo nuestra principal línea de defensa contra la propagación de la tos ferina”, afirmó Bagdasarian. “Con una tasa decreciente de inmunizaciones, lamentablemente estamos viendo un aumento de la tos ferina y otras enfermedades prevenibles mediante vacunas en todo el estado. Alentamos a todos los habitantes de Michigan a mantenerse al día con su calendario de vacunación”.

Los primeros síntomas de la tosferina suelen confundirse con los de un resfriado común. Estos pueden incluir secreción nasal, fiebre leve y tos leve. Sin embargo, la enfermedad puede progresar a ataques de tos severos e incontrolables, que dificultan la respiración. En los bebés y niños pequeños, el cuadro clínico puede ser aún más grave; algunos de ellos pueden experimentar pausas en la respiración (conocidas como apnea), lo cual puede hacer que su piel se torne azulada o provocar episodios de falta de aire.

La tosferina es una enfermedad respiratoria causada por la bacteria Bordetella pertussis. Su historia se remonta al siglo XVI, cuando el médico francés Guillaume de Baillou documentó síntomas similares en un brote. Sin embargo, la enfermedad no fue completamente comprendida hasta el siglo XX, cuando los científicos lograron identificar la bacteria responsable. Durante los siglos XVIII y XIX, la tosferina se convirtió en una de las principales causas de muerte infantil en Europa y América del Norte, especialmente en comunidades urbanas densamente pobladas. En esa época, sin tratamientos específicos ni vacunas, la enfermedad se propagaba rápidamente y cobraba miles de vidas, afectando principalmente a los más vulnerables.

Fue en la década de 1940 cuando se logró un avance fundamental: la creación de la primera vacuna contra la tosferina, la cual se combinó con las vacunas contra la difteria y el tétanos en la fórmula DTP. Esta vacuna redujo drásticamente los casos de tosferina en los países que implementaron programas de vacunación masiva, convirtiéndose en una herramienta esencial en la lucha contra enfermedades infecciosas. A pesar de estos logros, la tosferina sigue presente hoy en día, con brotes ocasionales que suelen estar relacionados con la disminución de tasas de vacunación y la naturaleza cíclica de la enfermedad.

En cuanto a los síntomas, la tosferina suele comenzar con signos leves que se asemejan a un resfriado común, como secreción nasal, fiebre leve y tos suave. Esta primera etapa, conocida como fase catarral, dura entre una y dos semanas. Posteriormente, la enfermedad avanza a la fase paroxística, donde se manifiestan los síntomas más graves y característicos: ataques de tos intensos e incontrolables, seguidos de un sonido agudo al inhalar, conocido como "whoop". En los bebés, la tos puede causar pausas en la respiración o apnea, lo que puede derivar en episodios de cianosis (coloración azulada en la piel debido a la falta de oxígeno). En algunos casos, los episodios de tos son tan violentos que pueden provocar vómitos y dejar a la persona exhausta.

La última fase, conocida como fase de convalecencia, puede durar semanas o meses, durante los cuales la tos disminuye gradualmente, aunque en algunos casos persiste por un tiempo prolongado. Esta enfermedad sigue siendo especialmente peligrosa para los niños pequeños y los bebés, quienes tienen mayor riesgo de sufrir complicaciones graves o incluso morir a causa de la infección.

La edad media de los casos registrados en Michigan en 2024 es de 13 años, y el 75% de los casos reportados han sido en menores de 18 años, lo que pone de relieve el impacto de la enfermedad en la población joven.

Uno de los factores que podría estar contribuyendo al aumento de casos es la baja tasa de vacunación infantil en Michigan. De acuerdo con los datos proporcionados por el MDHHS, el 82.9% de los niños en el estado ha recibido su primera dosis de la vacuna contra la difteria, el tétanos y la tos ferina (DTaP) antes de los tres meses de edad. Sin embargo, solo el 65.6% de los niños de 19 meses ha completado las cuatro dosis recomendadas de la vacuna DTaP, lo cual aumenta la vulnerabilidad de esta población ante la enfermedad.

Ante este escenario, tanto el MDHHS como los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) instan a las familias a revisar los calendarios de vacunación de sus hijos y asegurarse de que estén al día. La recomendación de los CDC incluye la administración de la vacuna contra la tos ferina para bebés, niños, adolescentes y mujeres embarazadas. También sugieren una dosis para adultos que no hayan sido vacunados en la adolescencia o en la adultez.

La tosferina es una enfermedad altamente contagiosa que se propaga con facilidad a través de la tos y los estornudos, y que puede tener graves consecuencias para la salud, especialmente en personas con sistemas inmunológicos vulnerables. Con el aumento de casos en el estado, el llamado a la prevención se vuelve urgente.

Las autoridades de salud de Michigan piden a la población que tome conciencia de la importancia de la vacunación para proteger a los niños y evitar que la enfermedad siga propagándose.

Aumento de casos de tosferina en Michigan genera alerta y recomendaciones de vacunación