El gobierno de los billonarios y la oligarquía

Ramon Peralta

Una vez pasan las elecciones, que los políticos usan para arrastrar a los pueblos como si fuera un carnaval, los asuntos de gobierno pasan a otro plano donde se pone atención a las necesidades de las minorías del gran dinero y se relegan al olvido aquellos asuntos que conciernen a las necesidades de las grandes mayorías. Si nos concentramos solamente en los funcionarios que la venidera administración de Trump ya ha nombrado, nos daremos cuenta a quienes va a servir ese gobierno.

En algo que los observadores han considerado sin precedente, Trump ha escogido hasta ahora nada más y nada menos que a 13 billonarios como futuros funcionarios de su administración, que visto históricamente es algo sin precedente en la historia moderna de la democracia americana. La mayoría de esos billonarios fueron contribuyentes a la campaña de Trump y amigos cercanos a los que al nombrarlos está retribuyendo sus aportaciones y favores. Pero sería ilusorio pensar que todo se va a quedar en el simple nombramiento, ya que, el interés de estos grandes multimillonarios no es otro que usar sus posiciones para impulsar políticas dirigidas a aumentar sus intereses económicos a través de la influencia que ejercerán en las ejecuciones de gobierno y de esa manera aumentar la ya polarizada economía norteamericana donde una minoría aumenta sus capitales y la gran mayoría se empobrece. Por tanto, no se trata aquí de personas que andan buscando una posición de gobierno para adquirir experiencia profesional en el servicio público ni mucho menos.

Robert Reich un reconocido analista político y académico de la universidad de Berkeley, una de la más prestigiosas del país, catalogó los nombramientos de Trump como un regreso al poder de la “oligarquía”, que en griego de donde proviene la palabra, significa “el gobierno de los pocos”. Según el analista, en América hubo dos casos de gobiernos oligárquicos previos al presente de Trump: uno, se produjo al momento de la independencia cuyos impulsores eran blancos poseedores de esclavos y de grandes propiedades, y el otro, un siglo después, integrado por aquellos que acumularon fortunas en la construcción de ferrocarriles, el petróleo, el acero y los imperios financieros de los J. P. Morgan, John Rockefeller, Andrew Carnegie, Cornelius Vanderbilt y Andrew Melon. Aunque bajo la hegemonía económica de estos señores se disparó el desarrollo económico de América, la manera en que lo hicieron fue bajo la corrupción y la explotación despiadada de la población, por lo que fueron calificados con el sinónimo de “robber barons”, “varones robadores”. Este último período sufrió bajas durante la Primera Guerra Mundial y la Gran Depresión de 1930, y con la llegada al poder de Franklin D. Roosevelt en 1932, quien implementó importantes medidas sociales que dieron un giro total al sistema socioeconómico de la nación disparando hacia arriba los números de la clase media y creando amplios beneficios sociales para la clase trabajadora y las minorías sociales negros e hispanos.

Ese positivo avance creado por la administración Roosevelt entró en crisis en el 1980 con la llegada al poder de Ronald Reagan y desde entonces tomó un nuevo impulso el control de la minoría rica, que de acuerdo con Robert Reich, los 400 americanos más ricos cuadruplicaron sus riquezas y el sector más pobre se hundió más en la pobreza. Debido a esa realidad el 1 por ciento de los ricos americanos posee más riqueza que el 90% del resto de la población combinada.

De manera que, no hay que hacerse ilusiones sobre la dirección que tomará la economía y los sectores que saldrán beneficiados cuando llegue al poder la próxima administración Trump. Aquellos beneficios sociales que por largos años han estado en espera de cambios, como los altos costos médicos y de medicamentos, los salarios obreros, la protección de los sindicatos, los altos costos de la educación universitaria, los costos de alquiler, una justa ley inmigratoria etc., no se producirán, ya que no son del interés para la oligarquía que asumirá el gobierno.