Por Karla Bahm

GRAND RAPIDS, MICHIGAN (EVH) - En una noche que debería haber estado llena de alegría y celebración, la vida de José Luis Ortega y su familia cambió drásticamente el pasado 22 de diciembre. Una posada navideña en el restaurante Agave, organizada por vecinos, se convirtió en el escenario de un incidente que dejó a José Luis muy mal herido y a su familia buscando respuestas.

Los hechos: Un ataque cobarde

Según relata José Luis Ortega (42 años), la velada transcurría con normalidad hasta que un altercado entre algunos asistentes, llevó a la expulsión de uno de ellos por parte de la seguridad del restaurante. Sin embargo, el individuo, identificado por los testigos como Mario Landaverde, esperó afuera, aparentemente buscando continuar el conflicto.

“Acudimos el 22 de diciembre a una posada navideña por parte de mis vecinos que fuimos invitados mi esposa y yo y familiares de ella, en el restaurante Agave. Allí estaban también los trabajadores de mis vecinos. Mis vecinos rentaron la parte del salón para su fiesta y la barra estaba abierta para el público. Ahí se encontraban unos muchachos que estaban bebiendo y comenzaron a buscar pleito con los muchachos que trabajan para mi vecino.

La seguridad del restaurante los sacó, pero la persona que me arrolló siguió esperando afuera, asumimos que él quería seguir con los problemas. Yo me di cuenta que el muchacho estaba en el estacionamiento y se los dije a los de seguridad, pero los demás dijeron que no era él, al parecer no lo reconocieron”, recuerda José Luis

Más tarde, cuando José Luis salió para dejar algunos regalos en su auto, se encontró con el atacante en el estacionamiento. Intentando evitar que su amigo se involucrara en la pelea, José Luis fue brutalmente atropellado por la camioneta que manejaba supuestamente Landaverde, quien no dudó en arremeter contra él, arrastrándolo varios pies antes de darse a la fuga.

“Cuando yo salgo a dejar algunos regalos que me había ganado en una rifa a mi auto, al regresar ya se había terminado la fiesta y todos venían saliendo, entonces lo vieron y se pusieron al pleito nuevamente, yo venía caminando por el estacionamiento y vi que un amigo se quería meter en la pelea y lo quise agarrar para que no se no se metiera en pleitos y fue cuando el muchacho arrancó su camioneta y me llevó arrastrando como de 15 a 20 pies.

Él vio que estaba parado frente a la camioneta, sin embargo no le importó atropellarme, su intención era hacerme daño”, aseguró José Luis.

José Luis Ortega, acompañado por su esposa Yvonne Ortega (41 años) y su abogado Michael Gardiner, presentaron a El Vocero Hispano un impactante video facilitado por los dueños del restaurante Agave. En dicho material, se evidencia el preciso instante del incidente, confirmando sin lugar a dudas las intenciones maliciosas del agresor hacia Ortega. Desafortunadamente, debido a la oscuridad de la noche, no fue posible distinguir la placa de la camioneta involucrada en el ataque.

“Mi cuerpo quedó tirado al lado del contenedor de basura, yo creo que el contenedor de basura fue lo que detuvo al agresor y ya no pudo dar vuelta para huir, él hizo reversa y huyó. Entonces yo quedé tirado al lado del contenedor de basura y mi sobrino fue el que me levantó la cabeza, después salió mi esposa y empezó a llorar, yo no podía levantarme, sentía mucho dolor. La policía no tardó ni 3 minutos en llegar, y también la ambulancia y me llevaron a la clínica Santa María de urgencias”, dijo José Luis.

Para José Luis Ortega, Mario Landaverde, el individuo que estuvo a punto de arrebatarle la vida es un completo desconocido. Jamás se había cruzado con él, ni había tenido ningún tipo de conflicto previo. La súbita confrontación con conocidos de Ortega ocurrió de manera inesperada el día del incidente, que casi le cuesta la vida.

“ José Luis y yo siempre hemos estado juntos, de hecho siempre salimos de la mano, pero ese día él salió primero a dejar los regalos al auto y yo me distraje con las muchachas, porque estábamos planeando venir a mi casa después de la reunión. Cuando todos comenzamos a salir, escuché gritos y personas corriendo y alguien dijo: “ Es Luis … José Luis” y es cuando lo veo tirado en el estacionamiento, inconsciente, sin reaccionar. Entre en shock y empecé a gritar y a llorar desesperadamente, porque no sabía qué le había pasado, no pude ni subir a la ambulancia para ir con él porque entré en crisis. Antes de irse mi esposo trató de abrir los ojos y me dijo: “Todo va a estar bien, no te preocupes”. Fue una de mis sobrinas quien me llevó a la clínica, porque en el estado en que estaba no podía conducir” comentó entre lágrimas Yvonne.

Consecuencias abrumadoras

El brutal acto dejó a José Luis Ortega con tres fracturas en la pelvis, la muñeca rota, costillas y pecho doloridos, así como lesiones en rodillas y brazos. El sufrimiento físico se suma al impacto emocional y financiero, ya que ahora depende totalmente de su esposa e hija para realizar tareas básicas. La recuperación será un proceso largo, con meses de fisioterapia por delante.

“A mi familia le está afectando mucho verme en esta situación. Yo era una persona independiente y ahora totalmente dependo de mi esposa e hija, quienes son las que me cuidan. Ellas se han vuelto muy indispensables para mí.

Mi hijo viene a cargarme con mi sobrino para poder yo salir. No puedo ir al baño solo porque no puedo caminar, no puedo depender de mí. Los doctores han dicho que me llevará un buen tiempo recuperarme, meses de fisioterapia”, comentó José Luis.

Mientras que José Luis sigue enfrentando las consecuencias físicas y emocionales del ataque, comparte sus sentimientos, expresando una profunda tristeza por las circunstancias que le han sobrevenido. Sin embargo, resalta su perspectiva positiva al reconocer la importancia de agradecer a Dios por la segunda oportunidad que le ha sido otorgada. Al reflexionar sobre el impactante video que capturó el incidente, José Luis considera su supervivencia como un auténtico milagro y se compromete a aprovechar esta oportunidad para ser una mejor versión de sí mismo cada día, buscando inspiración y fuerza en la adversidad.

“ Todo lo que me está pasando me hace sentir muy triste, pero como le dije a mi esposa cuando la ambulancia me estaba llevando, siento que tengo que agradecer a Dios por darme una segunda oportunidad. Al mirar el video de lo que me ocurrió siento que el estar vivo es un milagro y que tengo que aprovechar esta oportunidad y tratar de ser mejor cada día”, expresó José Luis.

José Luis e Yvonne, una pareja que ha compartido 23 años de vida, se enfrentan a una situación desafiante después del ataque que alteró su rutina familiar. Con tres hijos, de 20, 19 y 12 años, siempre han trabajado arduamente para brindar lo mejor a su familia. José Luis se dedicaba a reparar pallets, mientras que Yvonne laboraba en el turno de la noche. Sin embargo, la responsabilidad del hogar ahora recae principalmente en Yvonne, quien se ve obligada a buscar dobles turnos junto con la ayuda de su hija.

En palabras de Yvonne, la situación se ha tornado difícil, y actualmente, es ella quien asume el rol principal en la sostenibilidad del hogar. Yvonne busca horas extras y la hija de la pareja también. Aunque la familia se esfuerza por mantenerse unida frente a las adversidades, la incertidumbre financiera asociada con los gastos médicos se ha convertido en un desafío adicional que están dispuestos a enfrentar con determinación.

“Pues ahorita la que trabaja soy yo, he estado tratando de buscar horas extras y meter un poquito más, mi hija agarró también horas extras. Ella dejó de trabajar y estudiar los primeros días para ayudar a su papá en lo que necesite, como trabajo de noche, pues dije,

en lo que está ella aquí en la noche se ocupará de su papá, hasta que yo llegue por la mañana para estar al pendiente, es una situación muy difícil, pero allí vamos”, dijo Yvonne.

La investigación

La familia Ortega, acompañada por su abogado Michael Gardiner, busca justicia y respuestas. A pesar de que testigos señalaron a Mario Landaverde como el agresor, la policía aún no ha logrado dar con su paradero ni identificar la placa del vehículo. El caso se encuentra en punto muerto, y la familia solicita la colaboración de la comunidad para encontrar al responsable.

“Queremos que el conductor enfrente los cargos, queremos hacer un reclamo con la aseguranza del conductor para que cubra los gastos de José Luis. Por ahora la policía está buscando a Mario Landaverde como persona de interés en este incidente, pero no sabemos su paradero hasta el momento, ni la placa del auto. Queremos saber si tenía el carro a su nombre o estaba a nombre de otro”, dijo Gardiner.

En medio de la búsqueda de respuestas, Gardiner también reveló que ha mantenido comunicación con el detective Tony Leonard del Departamento de Policía de Grand Rapids, encargado de la investigación del caso. Sin embargo, la situación se ha vuelto desafiante, ya que Leonard informó a Gardiner que han llegado a un punto muerto y carecen de información adicional para continuar la investigación.

A pesar de que la policía posee el nombre y fotografías del posible conductor, identificado como Mario Landaverde, y están llevando a cabo una investigación para esclarecer su implicación en el incidente, la investigación ha enfrentado dificultades para localizar a alguien con ese nombre en el estado de Michigan, lo que agrega un nivel de complejidad a la resolución del caso.

“La policía tiene el nombre del posible conductor, Mario Landaverde y lo está investigando como persona de interés, también tienen sus fotos, pero dicen que no han encontrado a nadie con ese nombre en Michigan”, aseguró Gardiner.

El llamado a la comunidad

Frente a la frustrante falta de avances en la investigación, la familia Ortega lanza un conmovedor llamado a la comunidad, especialmente a la comunidad hispana, para que proporcionen cualquier información que pueda llevar al paradero de Mario Landaverde. Solicitan encarecidamente a aquellos que fueron testigos del incidente o que puedan identificar al agresor que se comuniquen al número de teléfono 616-856-2470 y mencionen a José Luis. La familia asegura que toda la información será tratada de manera confidencial, subrayando la importancia de la colaboración de la comunidad para arrojar luz sobre el caso y facilitar la búsqueda del responsable.

En un gesto desesperado pero esperanzador, los Ortega confían en que la solidaridad comunitaria y la disposición a compartir información crucial conducirán al paradero de Landaverde. Este llamado no solo busca hacer justicia en el caso de José Luis, sino también aliviar la difícil situación en la que la familia se encuentra, ofreciendo un rayo de esperanza en medio de las adversidades que enfrentan.

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