Comenzaron a caer patos al agua en el Capitolio de Washington. Uno de ellos es Bob Meléndez, al que con Dios mediante esperamos que lo manden a la chirola. El otro es George Santos, un delincuente con corbata de Florida enganchado a congresista.
Ambos debían estar en la galería de la mafia junto a Al Capone y otros ejemplares similares.
Si como dicen, “el Congreso es la base de la democracia”, estamos fritos. De acuerdo a estos casos habría que decir que es “la base de la mafia”.
Santos no solamente está acusado de fraude, estafa y lavado de dinero, sino también de mentir respecto a su historia. Es decir, ¡un ciudadano ejemplar!
Si estos son los buenos no queremos conocer a los malos.
Otro de esta galería es Ted Cruz. El hombre ahora dice que Biden quiere usar a los inmigrantes como votantes para las próximas elecciones. El muy idiota no sabe que los indocumentados tienen primero que ser residentes y después de cinco años hacerse ciudadanos para votar.
O sea que, además de malos y brutos, son desinformados y no saben nada de leyes. Y así se dicen llamar, “ legisladores".
Y hablando del Congreso, al cocote de garza de Kevin McCharty sus compañeros y unos cuantos demócratas lo mandaron a llorar a la playita. Bueno, si esos eran compañeros cómo serán los enemigos.
Lo cierto es que McCharty actuó con responsabilidad al llegar a un acuerdo con la Casa Blanca para evitar un cierre del gobierno, pero sus compañeros de bancada, quienes son famosos por no importarles lo que afecte al país, querían provocar el cierre para herir políticamente a la campaña de Biden por la reelección. Como el presidente de la cámara baja no estaba de acuerdo con eso, lo destituyeron. El hombre duró 9 meses en el cargo, lo mismo que un parto.
Lo penoso de esto es que ocho demócratas apoyaron a los republicanos. Ya lo saben, ¡esos son auténticos camaleones!
Señores, el debate de los aspirantes republicanos a la nominación del GOP no puede ser más pobre y vergonzoso. Los aspirantes compiten a ver cuál es el más idiota, pero como es tan cerrada la apuesta, hasta ahora ninguno saca la cabeza. Hay un renacuajo entre los aspirantes que debía estar dirigiendo un show de concursos más que pretender ser presidente. El hombre hace toda clase de muecas y musarañas con los brazos para no decir nada, quiere venderse como patriota anunciando la batalla de Troya contra China, y habla en contra de la inmigración como si nunca se hubiera mirado al espejo.
Por el otro lado está Trompo Loco, más preso que suelto. Por lo que se ve, va a perder sus icónicas propiedades como la Torre Trump y Mar-a-lago. ¡Que San Ramón lo saque con bien!
Cuando comenzaron las acusaciones de las Cortes contra él, se veía muy tranquilo, pero ahora que está viendo la verdad, tiene la cara como perro que va morder.
Él creyó que nadie podía contra él, ahora está viendo que él no puede contra nadie.
Le recomendamos que se busque un perro prieto y entierre un coco envuelto en un pañuelo rojo a ver si las ánimas del más allá se conduelen de él.
Nos vemos en los próximos jalapos, si la Virgencita lo permite.