Netanyahu ovacionado en el Congreso de Washington, ¡Qué vergüenza!

Independientemente de la idea que se pueda tener respecto a las relaciones de Estados Unidos con Israel, para nadie es un secreto que el actual primer ministro de ese país, Benjamín Netanyahu, es un criminal de guerra.

Eso no lo decimos nosotros, lo dicen la Corte Internacional de Justicia, decenas de organizaciones mundiales de lucha por los derechos humanos, más de 80 jefes de estado de todo el mundo y los 39 mil muertos en los ataques del ejército israelí en la Franja de Gaza.

Netanyahu en su cuarta comparecencia ante el Congreso de Estados Unidos montó un espectáculo para justificar con los ataques terroristas realizados por la organización Hamas el día 7 de octubre, los asesinatos de más de 20 mil niños palestinos que su ejército ha cometido respondiendo a sus órdenes.

Hay que ser malvado o asombrosamente ignorante para no saber que lo que está haciendo el ejército israelí en Gaza es ejecutar un plan de exterminio, tal cual lo comenzó a hacer Adolfo Hitler con la población judía de Europa durante la Segunda Guerra Mundial.

Nadie niega que los militantes de Hamas cometieron crímenes horrendos contra la población civil de Israel. Se calcula que 1,200 vidas fueron cegadas con terror por los asesinos de esa organización terrorista, pero eso no justifica el exterminio de dos millones de almas en venganza, o peor aún, para apropiarse de sus tierras.

Los asesinatos de civiles que sigue haciendo el ejército de Israel por orden de Netanyahu contra los palestinos están escribiendo las páginas más tristes y vergonzosas de la historia de la humanidad. Son el testimonio de hasta dónde llega la maldad y la insensibilidad de la especie humana.

Es profundamente preocupante ver que los legisladores del país militarmente más poderoso del mundo aplauden como fanáticos en las gradas los asesinatos de niños inocentes y el exterminio de una raza.

Qué puede esperar la humanidad de Estados Unidos cuando sus hacedores de leyes celebran estas barbaridades.

Netanyahu dijo en el Congreso que lo que ocurre en el medio oriente no es un enfrentamiento entre culturas, sino un enfrentamiento entre la civilización y la barbarie.

Dejó bien claro que su cruzada es la misma de los colonizadores españoles e ingleses en América con la cual se exterminó a millones de seres humanos.

El pueblo Israelí, pese a toda la propaganda del gobierno de ese país no aprueba los crímenes de Netanyahu. Tel-Aviv está ardiendo en protestas contra su régimen porque ha antepuesto su interés de matar a todos los palestinos a la necesidad de liberar a los civiles secuestrados por Hamas.

Sin embargo los congresistas norteamericanos lo apoyan, lo aplauden, lo ovacionan.

En el piso del pleno del Congreso, legisladores que se mofan de ser defensores del pueblo, como la senadora de Michigan Debbie Stabenow, y el senador Chuck SChumer, se ponían de pie para aplaudir a Netanyahu, es decir, a un asesino.

La ahora virtual candidata por el Partido demócrata, Kamala Harris, no estuvo presente aduciendo que ya tenía un compromiso de campaña, lo cual es mentira porque la visita del premier israelí estaba programada antes de que ella sustituyera a Joe Biden en la contienda electoral. No obstante, ratificó en declaraciones a la prensa su respaldo a Israel.

Lo que ocurrió en el Congreso, fue la confirmación de que el exterminio de los palestinos ya está consumado. El ejercito israelí sigue asesinando a la población civil, destruyendo todos los recursos de la ciudad de Gaza para provocar hambruna y enfermedades. Es decir, para exterminar a la “barbarie”.