Netanyahu y Zelensky, piezas de un macabro ajedrez

Por Andrés Abreu

Aunque en política no es objetivo personalizar los hechos, es decir, señalar a las personas como responsables de uno u otro acontecimiento, en este editorial vamos a hacer un aparte porque en escasas circunstancias ocurre, y no es objetivo ignorarlo.

Hay dos individuos en la esfera geopolítica que estamos viviendo ahora que están empujando a los Estados Unidos a envolverse en una guerra global. Esos son, el primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, y el presidente de Ucrania, Volodymyr Zelensky.

Netanyahu, conocido en Israel como Bibi, es un político de la ultraderecha del partido Likud, que ha estado más de 16 años en el puesto de Primer ministro en tres periodos diferentes.

Ha sido el que más ha respaldado los asentamientos ilegales de israelíes en propiedades palestinas y no ha escondido sus intenciones de crear lo que él mismo llama “El Gran Israel”, una nación con todas las tierras palestinas desde la Franja de Gaza hasta la Cisjordania ocupada.

Los ataques del grupo Hamas el 7 de octubre del año pasado fueron los acontecimientos que él esperaba para encontrar una razón para tomar Gaza. En este caso y para su suerte exterminando con bombas a todos los palestinos.

Él sabe que cuenta con el apoyo de Estados Unidos y que éste no dejará que la Unión Europea lo condene. Por eso, ha ido adelante con la masacre ante los ojos del mundo arguyendo el pretexto de su “derecho a defenderse”.

A Estados Unidos le conviene el genocidio, porque mientras más fuerte es Israel más fuerte es su presencia en el medio oriente.

Netanyahu está jugando el papel que Estados Unidos quiere. Está empujando la situación hacia una guerra total en el medio oriente en la que Estados Unidos tendría que intervenir para proteger a su aliado. Una ganancia doble, Estados Unidos se deshace de sus enemigos como Irán y Hezbolá y se quita de encima el problema palestino. Estados Unidos pone las armas e Israel los soldados.

Por otro lado está el presidente de Ucrania, Zelensky, un comediante que se volvió presidente en el sistema establecido por Estados Unidos con el golpe de estado del 2014. Zelensky libra la guerra contra Rusia bajo la dirección de la OTAN, la cual no tiene el menor interés en detener el conflicto porque su idea es desgastar a Rusia como los estrategas del Pentágono creen que desgastaron a la Unión Soviética con la guerra de Afganistán.

Estados Unidos pone las armas y Ucrania los soldados, o mejor dicho, los muertos.

El día 5 de noviembre se llevarán a cabo las elecciones en Estados Unidos. Los neoconservadores de Washington esperan que la candidata demócrata, Kamala Harris, sea el reemplazo de Joe Biden. Es decir, que dé seguimiento al plan establecido y en marcha.

Pero del otro lado está el candidato republicano, Donald Trump, un ultraderechista que ha roto todas las reglas de juego político norteamericano pero que tiene un sólido respaldo del conservadurismo estadounidense, nacionalista y religioso, y promete terminar la guerra de Urania. Lo que significa tirar porcla borda todo el plan en proceso.

El temor a que Trump pueda ganar las elecciones acelerará los conflictos en el medio oriente y Ucrania. Netanyahu aumentará las provocaciones a Irán y Zelensky enviará misiles norteamericanos a Moscú.

Solo Dios sabe lo que seguirá.